La CEPAL y América Latina en 2015 - por Felipe Caorsi


La CEPAL, Comisión Económica Para América Latina y el Caribe, presentó un informe sobre la región en el XXVII Seminario Regional de Política Fiscal que tuvo lugar en Santiago de Chile el 10 y 11 de marzo pasados.
El análisis del mismo no tiene nada nuevo, viene reforzando la tesis de los economistas sobre los precios de las commodites, el gasto excesivo y el fin de una década dorada.
Los proyectos financiados con recursos públicos o público-privados pueden incrementar la actividad económica especialmente en períodos de capacidad ociosa de la economía y cuando las necesidades de inversión en infraestructura están claramente identificadas, como es el caso de la región, destaca la Cepal, en su informe anual Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015. Dilemas y espacios.
Este organismo de las Naciones Unidas advierte que la caída en los precios de los productos básicos, como ser, carne, soja y leche, implica una reducción importante en los ingresos en los países latinoamericanos. Esto sumado al aumento del gasto estatal de estos últimos diez años trae automáticamente problemas para cubrir las finanzas públicas. Recordemos que Uruguay, por ejemplo, tiene un déficit fiscal de 3,5% de su PBI.
La región ha utilizado la política fiscal para reactivar la inversión y enfrentar el actual contexto de desaceleración económica, aunque con diferencias entre los países, indica el documento. El caso más exitoso es el chileno, que históricamente utiliza políticas anticíclicas y en momentos que el cobre está bajo el estado impulsa la construcción utilizando recursos propios.
También se analizó el endeudamiento de la región. Países que pagan intereses altos por emitir deuda ya que sus economías no son consideradas seguras para los grandes inversores financieros. Si lo analizamos históricamente, hubo un largo período de aumento de la proporción de la deuda pública con respecto al PBI entre 1970 y 2014, a excepción de los períodos de 1990-1997 y 2004-2008. El primero de estos períodos encontraba a una América Latina con precios altos de sus productos y bonanza económica. En el segundo se salía de una crisis muy fuerte, también con precios altos de los commodities.
Entre 2003 y 2008 se redujo considerablemente el nivel de la deuda pública y además se modificó su composición, hubo una extensión de los plazos, mayor participación de la deuda a tasa fija y un aumento del peso de las deudas en moneda local. Esto es muy bueno para los países de la región, el caso más “exitoso” sería el argentino si no tenemos en cuenta la serie de defaults sufridos.
Los niveles de endeudamiento son muy disímiles entre países de la región. Brasil tiene la deuda pública más elevada de América Latina (63,5% de su PBI en 2014). Uruguay, Colombia, Argentina, El Salvador, Costa Rica, Honduras, República Dominicana, Panamá y México, tienen niveles de endeudamiento moderados (entre 36% y 44% de su PBI). En el otro extremo, con niveles inferiores a 22% del PIB, se encuentran Chile, Perú y Paraguay. Este último ha colocado bonos al 6.1 % de interés.
Según el Panorama Fiscal de América Latina y el Caribe 2015, la carga tributaria aumentó cinco puntos del PBI entre 2000-2013 en la región, con una estructura de impuestos regresiva. Esto explica que la incidencia de la política fiscal sobre la distribución del ingreso sea poco significativa. Aumentó el gasto en políticas sociales pero se ve un deterioro importante en educación, salud y un estancamiento en la reducción de la pobresa.
La CEPAL aconseja “tomar acciones dirigidas a combatir la evasión y elusión fiscal, reducir los tratamientos preferenciales y fortalecer la tributación sobre las rentas de capital”.
Si bien comparto el análisis, con respecto a sus consejos sería bueno recordar que la CEPAL fué la creadora en los años 50 de la política de “sustitución de importaciones” que llevó a la región a un atraso economico e industrial histórico. Llevando a América Latina a sufrir su mayor época de endeudamiento e inflación.

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