El GUANTÁNAMO URUGUAYO - Por Jorge Batlle


Fue un tsunami que cayó sobre todos nosotros el indescifrable anuncio del Presidente Mujica de que estábamos dispuestos a crear el Guantánamo uruguayo. No salíamos de nuestra sorpresa y de inmediato todos nos pusimos a pensar qué estaba pasando, por qué era esto, cuál era el origen de este macabro enguaje en donde nos había colocado el Presidente Mujica.
Los más asombrados de todos los frente amplistas. No podían hablar a favor, no podían criticar. Quedaron mudos. Todos nosotros cipayos del Guantánamo americano constituyéndonos en el Guantánamo II, el Guantánamo uruguayo.
Los opositores no encontrábamos argumentos ni razones para tan semejante descalabro y el propio Presidente trató de enderezar el bote y comenzó a dar sus extrañas explicaciones.
Estamos ayudando a la libertad de gente que está presa hace años, más tarde agregó, hablamos con el gobierno cubano y negociamos también la libertad de presos cubanos, pero yo voy a cobrar boleta (entonces estamos cobrando no estamos negociando la libertad de presos detenidos por años sin proceso), pero le ofrecieron a muchos y el lunes 17 de marzo el Canciller Americano Sr. Kerry lo llamó para agradecer el gesto, quiere decir que las explicaciones que daba nadie las podía entender porque ya estaba todo acordado. ¿Cuál era la boleta, nos preguntamos?, y de pronto salió la nueva noticia, me reciben en mayo en el Salón Oval de la Casa Blanca, y atrás de esa, otra noticia, la Embajadora Americana en el Uruguay dice que no tiene ningún acuerdo para liberar cubanos y entonces, el Presidente, dice: no se si voy.
En una palabra, está como perro en bote, no sabe si quedarse ó saltar, y el bote anda totalmente a la deriva. Pero sigue sin explicación el por qué aceptó esta propuesta, a cambio de qué, por qué, para qué, ¿qué le pasa al Presidente?.
Me parece que el Presidente quiere ser internacional. Se ofreció para arreglar con la FARC y el Presidente de Colombia Santos no lo recibió en Cuba. Más tarde se ofreció para arreglar con Maduro, y el Canciller venezolano le mandó a decir que no aceptaba ninguna mediación. Entonces ahora encontró un escenario mundial, de ahí nació el Guantánamo uruguayo. Trabajando duramente para el Premio Nobel. Experto en el espectáculo, rey del show, fotografiado en camiseta ó con traje completo, el hombre quiere ser internacional, y esa ha de ser la razón que fundamenta todo este mamarracho.
Si el Presidente de los EE.UU. prometió en su campaña electoral terminar con Guantánamo, si el Presidente de los EE.UU. está en condiciones de liberar de la prisión a 5,6, 10 ó 20 prisioneros y mandarlos al Uruguay, ó a Costa Rica, ó a Pekín ó al África del Sur, para depositarlos ahí por dos años, lógico es pensar, que también los puede trasladar a Washington, ponerlos en un avión y mandarlos a Siria.
Los que llegan al Uruguay, aquí son tan libres como cualquiera de nosotros. No han cometido ningún delito. Si desembarcan a las 12 de la mañana en Carrasco a las 12.30 pueden tomar un avión e ir a cualquier parte del planeta, inclusive a los EE.UU., si le dan visa. El Uruguay no los puede detener, si los deja entrar vivirán igual que cualquier turista que llega, si se quieren quedar se quedan 2 ó 70 años y si se quieren ir se van cuando quieran. Si el gobierno americano no sabe como es la legislación uruguaya, en la visita que el Presidente Mujica finalmente va hacer (esa es la boleta) le puede explicar cómo funcionan las leyes en el Uruguay.
Mientras tanto, que siga el “show”.

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