Una de sus particularidades de la Constitución
venezolana es que en las elecciones
nacionales a la Presidencia no se elige vicepresidente. Éste surge de la
elección personal del Presidente electo.
El 7 de octubre de 2012 se enfrentan por la
Presidencia el Comandante Hugo Chavez y el abogado Henrique Capriles, este último apoyado por un frente unido de
oposición al Chavismo. El resultado oficial, cuestionado por veedores y
periodistas de todo el mundo dio ganador a Chavez con el 55,07% de los votos.
Al día siguiente designa como Vicepresidente a Nicolás Maduro ex canciller y lo más importante esposo de la
abogada que logró el indulto a Chavez en 1994. Recordemos que el Comandante había liderado un golpe de Estado
contra un gobierno democrático y se encontraba en prisión.
Enfermo, Hugo Chavez parte a La Habana y pide que en caso de no
volver apoyen como jefe del gobierno a su vicepresidente. Esto va contra la
Constitución que el propio Chavez había promovido. El resto es sabido, Maduro
asume como Presidente Encargado de Venezuela al morir Chavez.
Cuarenta días después se llama a elecciones y
estas, en las mismas condiciones, vuelven a ser ganadas por el Chavismo, esta
vez representado por su delfín Nicolás Maduro.
El margen sería de 1,49% de los votos emitidos. Henrique Capriles
impugna los resultados y pide el escrutinio del 100% de los votos.
Inmediatamente se dan a conocer cifras
alarmantes, Venezuela paga diariamente 100.000 barriles
de petróleo a Cuba
por asesoramiento, el que incluye el software y manejo del mismo para las
elecciones.
El CNE accedió a escrutar los votos
emitidos en tres ciclos eso finalizaría en un mes. En este escenario el “Presidente” Nicolás
Maduro cuya elección está siendo estudiada sale a buscar la legitimidad de su
elección fuera de su país. Lo que no tiene seguro de hecho en su país sale a
buscarlo en sus “aliados ideológicos”.
Así llego ayer Nicolás Maduro a Montevideo. Fue
recibido por el Presidente José Mujica como Presidente de Venezuela. Lo mismo hará
mañana en Argentina con Cristina Fernandez de Kirchner.
Las redes sociales se manifestaron en contra y
los legisladores de la oposición de Uruguay se negaron a recibir a Maduro hasta
que el CNE se pronuncie. En la Plaza Independencia de Montevideo, frente al
hotel donde se alojaba Maduro, la gente se juntó para decirle bien firme que no
lo reconocen como Presidente. Que a la Presidencia se llega por mandato
popular, que las instituciones democráticas se respetan. Al grito de “usurpador” sonaban las cacerolas.
Venezolanos, argentinos y uruguayos hermanados
en la defensa de la Libertad le dijeron a Nicolás Maduro, José Mujica y a
Cristina Fernández que un presidente se elige a dedo solo en un régimen
fascista y no en una Democracia.
El populismo del Siglo
XXI ha sabido mantenerse gracias al petróleo venezolano y al know-how cubano.
La gente se está dando cuenta de que ese petróleo va para financiar campañas
políticas de amigos ideológicos. La inflación, marginalidad, falta de libertad
y atraso económico son la otra cara de esta moneda. El pueblo parece que ya se
está dando cuenta…
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