Gracias a la ley de inclusión financiera hoy es casi imposible que un ciudadano uruguayo no se maneje con una cuenta bancaria. Ya sea para cobrar el sueldo, tener una tarjeta de puntos o comprar por Internet. Los post de los comercios son utilizados por plásticos de todo tipo, desde la tarjeta del MIDES hasta las poderosas Black y Platinum, pasando por tarjetas prepagas de financieras locales.
A este cambio hay que sumarle que están desapareciendo de las sucursales bancarias los "cajeros humanos". Hoy tenemos cajeros automáticos capaces de contar los billetes que depositamos y acreditarlos en nuestra cuenta en el momento. Las largas colas para ser atendido en una caja de banco parecen estar cambiando a colas para ser atendido por un cajero inteligente.
Hoy se puede abrir una cuenta en un banco desde la casa via web y desde ahí pagar todas sus cuentas e incluso comprar la comida con descuento. Sin salir de su casa, el sueño de todo Hikikomori.
Esta transformación supone oportunidades y desafíos. El motor claramente es tener trazabilidad del dinero por parte del gobierno. Todo pasa ahora por el ojo de la DGI. Con tanta automatización ¿qué pasa con el empleado bancario? Recordemos que AEBU, el gremio bancario del Uruguay, es muy poderoso, capaz de parar un país. Por otro lado el aliado mas fuerte del PITCNT es el partido de gobierno, Frente Amplio.
La banca privada emplea actualmente a algo más de 3.000 trabajadores. Según el sindicato la cantidad de empleados se está reduciendo de manera que en los últimos dos años se perdieron 100 puestos de trabajo.
Los bancos ya no reponen las vacantes que se generan por jubilaciones, y aumentan los incentivos para el retiro por adelantado.
La tecnología, una vez más, aumenta la productividad y parecería que quien quiera trabajar en la banca deberá de reciclarse. La tendencia a trabajar con el mínimo personal posible es inevitable y el gremio no puede torcerle el brazo hoy al gobierno para que modifique esta tendencia mundial.
Cristina estudio en un pupitre con un lugar para poner la tinta, vio pasar la maquina de escribir, la computadora que se conectaba a la tele, el laptop, la tablet y hoy dese esta última se entera cuando cobra la jubilación. La necesidad y lo amigable de la nueva tecnología, seguramente, hayan colaborado para su reciclaje.
José María Gimeno Borrás / PPG NEWS / DASY / José María Gimeno Borrás
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