El Brexit y el Peñón de Gibraltar


El Tratado de Utrecht (1713), que puso fin a la guerra de sucesión española también otorgó "la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas"  propiedad a perpetuidad de la Corona británica en territorio de jurisdicción española. El peñon debería retornar a España si el Reino Unido renunciase o enajenase de alguna manera dicha propiedad. 

España desde entoces reclama ese territorio como propio, llevando a las Naciones Unidas a tomarlo como un territorio no autónomo bajo supervisión de su Comité Especial de Descolonización. Lo cierto es que a parir del BREXIT (2020) el Reino Unido no será parte de la Unión Europea, los habitantes de Gibraltar son ciudadanos británicos y esto plantea una serie de cambios, especialmente en aduanas y derechos de los más de 10.000 trabajadores que que entran y salen diariamente de "la Roca".

Los gobiernos de España y Reino Unido tienen un Protocolo de retirada. El primer artículo hace referencia a los derechos de los ciudadanos, y estipula que "el Reino de España y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte cooperarán estrechamente con miras a preparar y respaldar la aplicación efectiva de la Parte Dos del Acuerdo de Retirada de los derechos de los ciudadanos, que se aplica plenamente, entre otras cosas, a los trabajadores que residen en Gibraltar o en España, en particular en el territorio de los municipios que conforman la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, y que, en los artículos 24 y 25, establecen derechos específicos para los trabajadores fronterizos". En el tercer artículo España quiere forzar a Gibraltar a acatar las normas de la OCDE y G-20 en cuanto a lavado de activos y paraisos fiscales.  Los siguientes hablan de reforzar la aduana para impedir contrabando y el cumplimiento del Convenio de la OMS para el contro del tabáco.

Si bien el España tendría una posición fuerte a la hora de negociar, por tener el respaldo de Bruselas, parecería que la diplomacia británica y el deseo de seguir siendo subditos de la Corona de ese pais por parte de los gibralteños, hará que nada cambie en cuanto a la soberanía del Peñón de Gibraltar.

Fiel a su tradición, España nos muestra, una vez más, que no es un jugador relevante en la diplomacia internacional.




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