8.698





Doña Irma empezó a vender tortas y alfajores, no se animaba a llegar a la calle Uruguay. Es que en el centro la cosa cambia y capaz le decían algo por no tener la empresa armada. En el barrio era distinto, todos sabían que la plata era para Nicolás que estaba estudiando economía en Montevideo.

En Melo llegó la hora de apagar las luces, el guarda pasaba a revisar que todos tuvieran los pasajes. La angustia es un ascensor oscuro que sube desde el estómago hasta el pecho. Partía el ómnibus hacia Montevideo, se había acabado el fin de semana largo.

En la pensión, Marquitos hacía sus primeras armas y los primeros pesos. Los vecinos le pedían que les tomara la presión. “¿En tu pueblo hay semáforos?” le decían para embromarlo.


Las encomiendas, y las comidas gratis en lo de alguna tía vieja de Montevideo.
Iban a facultad caminando, con la plata de los boletos se compran las fotocopias. Los primeros amigos siempre eran del interior, “ustedes para nosotros son como los porteños para ustedes” escuche en un baile. Claro, iba con la barra de Melo pero yo nací en Montevideo.

El plan era volver a trabajar al pago una vez recibidos. Algunos quedaban por el camino, tenían que trabajar para pagarse los gastos. Materia prima para call centers y supermercados. Ahí se va desdibujando la carrera para formar parte de un grupo de eslabones prescindibles cada tres meses. La primera semana era soñada “voy a poder estudiar de noche, ir a clases y con lo que ahorre traer a mamá a Montevideo”, después con la letra chica se aprende que no se llega a fin de mes y que la carrera ya no es para uno.

Marquitos llegó al Internado y después se recibió. Hoy trabaja en Melo,  Ismael Cortinas y Río Branco. 
Nicolás es el contador de una citrícola de Salto, donde había trabajado su padre toda la vida para pagarle la educación. Ahora él se sentaba con el patrón y no usaba overol como sus hermanos.

Los kilómetros de ruta hacían que las horas de caminar a la terminal, a la facultad y a lo de los compañeros parecieran minutos. Sumando éstos, ¿Cuántos años se habrán perdido?

El desarraigo y la presión no son buenas compañeras de estudio. En un país que tiene 3 médicos cada 1.000 habitantes el 80 % nacen en Montevideo. Se dice que el desempleo para Ingenieros Agrónomos es nulo, parece claro el por qué.

¿Cabe aclarar que no estamos hablando de Finlandia?, después de todo solo tenemos 8.689 kms de rutas en Uruguay.

Para todos los que quedaron por el camino.

Comentarios